En los últimos años se ha difundido en la sociedad, y sobre todo en el ámbito empresarial, una figura profesional nueva con un potente auge: el coach, especialmente entre ejecutivos que quieren reforzar su liderazgo o mejorar su seguridad en el trabajo.
El coach es un experto en habilidades comunicativas que pretende instruir y entrenar a una persona o grupo de personas con el propósito de ayudarles a alcanzar algún objetivo e incrementar sus competencias personales y/o profesionales.
Así que, tal y como se desprende de la definición, el coaching aplica conceptos y bases teóricas de la psicología a casos concretos. Sin embargo el concepto de coaching ha logrado constituirse como una profesión no necesariamente vinculada con las personas que han estudiado a fondo la conducta y los procesos mentales, que son los psicólogos.
Esta desvinculación del coaching respecto a la psicología ha permitido que personas que no tienen estudios sobre la conducta humana, ofrezcan servicios de coaching sin más validación que algunos cursos privados de formación. Y como es un ámbito que no está en absoluto reglado y las certificaciones son de entidades privadas, lo cierto es que hay mucho coach que no está lo suficientemente preparado y eso puede dañar a una profesión muy hermosa, capaz de conseguir resultados extraordinarios.
Un psicólogo, por su parte, es alguien que ha estudiado durante años (un grado en psicología en una universidad pública lleva 4 años; hasta hace poco era una licenciatura de 5 años) y de forma rigurosa y sistemática todas las cuestiones relacionadas con la psique humana, el desarrollo de aptitudes, y las técnicas y métodos que permiten que una persona mejore en su ámbito y pueda lograr sus objetivos personales y profesionales.
Además de su formación universitaria reglada, el psicólogo debe formar parte de un colegio oficial profesional, aceptando así unas consignas éticas y deontológicas comunes para todos los profesionales del sector, hecho que garantiza al cliente la seriedad y confianza en el servicio que se le prestará.
Todavía existen más motivos para confiar en un psicólogo-coach en vez de en un coach sin estudios de psicología. El psicólogo tiene en su haber varios enfoques metodológicos y distintas técnicas con las que tratar al cliente, dependiendo de su personalidad o sus objetivos. Puede aconsejar y dar pautas de actuación, entrenar distintas capacidades, y en definitiva puede intervenir directamente sobre las necesidades del cliente, reduciendo con ello los tiempos e incrementando la capacidad del coachee o cliente para conseguir resultados extraordinarios de forma permanente.
Algunos profesionales defienden que mientras la psicología se centra en la resolución de un problema en base a una patología, el coaching pone el objetivo en el aprendizaje y el desarrollo de la persona, un mundo al que la psicología no se ha acercado. Es más, se ha hecho muy popular la distinción de que la psicología se centra en el pasado, mientras que el coaching lo hace hacia el futuro. Pero esto sólo nos da una idea del desconocimiento que se tiene de la psicología como ciencia del bienestar de la persona y de todas las aportaciones que ha venido haciendo en el desarrollo del potencial humano, ya sea desde el constructivismo, la inteligencia emocional, la psicología positiva, la psicoterapia centrada en el cliente, etc., por sólo citar algunas de una larga lista.
Mientras un psicólogo puede abordar perfectamente el desarrollo personal y profesional de una persona, un coach no puede intervenir directamente sobre cuestiones como la ansiedad o los miedos porque no está facultado ni dispone de recursos para ello.
Además, desde hace mucho tiempo, los psicólogos del trabajo practican la psicología de la “normalidad” dentro de las empresas, donde no se tratan patologías sino cuestiones como el trabajo en equipo o la comunicación, o la gestión del estrés, que son cuestiones propias de personas, que es de lo que entiende el psicólogo.
Sin embargo esa identificación de la psicología con trastornos emocionales y con problemas es una de las principales razones por las que el coaching le ha ganado terreno a la psicología, sobre todo en el mundo corporativo.
El psicólogo-coach
¿Qué pasa pues si unimos el coaching y la psicología?
El coaching hecho por psicólogos no solamente se centra en preguntar sobre lo que vive el coachee en un momento y contexto dado, puede ir más allá y desvelar la naturaleza que lo ha generado o qué impide al coachee resolverlo de forma permanente. Su espectro de actuación es de mucho mayor rango. Y se ve ampliado, si cabe, con la perspectiva del coaching, facilitando una mayor comprensión de la complejidad del ser humano.
El psicólogo experto en coaching puede contar con una mayor flexibilidad técnica, una comprensión más global de la persona y una mayor capacidad en las intervenciones para facilitar el desarrollo del coachee y eso necesariamente se va a traducir en un mayor ROI (retorno de la inversión), ya que le resultará más fácil abordar el nudo real que está bloqueando al coachee, en un tiempo menor.
Donde probablemente esté la clave del éxito de un coach no psicólogo, es en sus competencias personales, en su habilidad para manejar las técnicas de comunicación y oratoria, así como en su inteligencia intra e inter personal y el desarrollo de su capacidad para conocerse, valorarse y gestionarse.
Por lo tanto se hará necesario un desarrollo competencial personal específico que capacite tanto al coach como al psicólogo para este ejercicio profesional.
Así mismo, en cuanto al desarrollo competencial técnico, la diferencia radica en que las competencias que se trabajan en los programas de formación en coaching resultan de fácil asimilación para los psicólogos conocedores de la persona y de las técnicas que facilitan el cambio. Suelen ser técnicas sumatorias a aprendizajes anteriores que ya posee el psicólogo. Mientras que eso no ocurre en otro tipo de profesionales.
Por tanto y para concluir, yo recomendaría que la persona que necesite un coach se asegure de que además sea psicólogo, porque:
– Prácticamente el 100% de las herramientas que utiliza el coach provienen de la psicología, por lo que los psicólogos son los que mejor las manejan
– Existe un colegio oficial que regula la profesión y que además ha creado la marca PEC (Psicólogo Especialista en Coaching) que es el único que ofrece garantías de ética y deontología legales.
– Esta especialidad PEC tiene un carácter riguroso y científico amparado en formaciones oficiales
– Existe un riesgo en aquellos servicios ofrecidos por personas no preparadas ya que en todo momento estamos hablando de cambios que atañen al ámbito cognitivo y comportamental de los clientes del coach
Alicia Faus Fluixá
Psicóloga Especialista Coaching
Nº Colegiada 2109