“No me apetece vender aunque sé hacerlo”.
Y es que se puede ser hábil en alguna actividad y no dedicarse a ello profesionalmente. La persona de la frase está aprendiendo a definir con precisión lo que quiere hacer en su lugar de trabajo. Luego tendrá que atreverse a comunicárselo a sus superiores. Y así, poco a poco, conseguirá estar más cómoda, con lo que rendirá más.
Ese debería ser un ejercicio obligatorio en todas las personas: buscar la manera de sentirse cómodas y satisfechas con su trabajo porque es el lugar donde más tiempo semanal pasamos.
Y si luego somos capaces de hacerlo en el resto de áreas de nuestra vida, el resultado será una vida hecha a medida de cada uno. ¿Qué más se puede pedir?