Comienza el año y con él, los propósitos de cambio de muchas personas. Es como las ganas de renovarse, de tener mejores hábitos, de empezar aquello que siempre estamos postergando. Y es una idea excelente. El inicio del año es el detonante que necesitamos para renovar fuerzas y aumentar nuestra motivación para realizar actividades que suponen un esfuerzo por nuestra parte.
Entre las peticiones más habituales, están la de tener hábitos de vida más saludables (cuidar la alimentación, hacer deporte, dejar de fumar…), distribuir el tiempo de manera más equitativa (dedicar más tiempo a la familia o a la propia persona y menos al trabajo), sacar mejores notas o viajar más.
Y todos son magníficos objetivos y animo a la gente a seguir haciéndolo cada año.
Lo que ha llamado poderosamente mi atención este año, ha sido el hecho de que un número considerable de personas haya elegido como objetivo de año nuevo, hacer coaching. Personas que han tomado conciencia de que el tiempo pasa y que no están viviendo la vida que habían diseñado. Que no son felices. Y ante esa circunstancia han decidido hacer un proceso de coaching personal para reflexionar sobre cómo les gustaría que fuera su futuro inmediato y de qué modo pueden conseguirlo. Y el coaching es la mejor forma de cambiar tu vida.
Animo a las personas a que se atrevan a poner patas arriba su vida si no les place lo que está ocurriendo en ella. Que no tengan miedo. Que cuantas más veces lo intentas, a pesar de los posibles fracasos, más cerca estás de conseguirlo. Y si perseveras lo lograrás.
ATRÉVETE. PONTE EN MARCHA. CAMBIA.