En efecto el estar temporalmente aislados del bullicio en el que normalmente estamos inmersos, sirve para descongestionarnos, para depurarnos, para resetear la mente y enchufarla de nuevo.
Están ahora muy de moda los retiros espirituales cuyo objetivo es ese, el desconectar temporalmente del día a día, cambiar de perspectiva y reflexionar para calibrar el sentido que le estamos dando a nuestra vida.
El retiro voluntario sirve también para descansar, tanto a nivel físico como mental, haciendo cosas que normalmente no hacemos y escapando un tiempo de la rutina diaria. Desde ese punto de vista el retiro puede ser curativo.
Además la soledad favorece el pensamiento creativo, es fuente de inspiración. Todos conocemos escritores, músicos o pintores que han elegido para vivir lugares apartados y silenciosos porque así consiguen con más facilidad inspirarse para dar forma a sus obras.
La única diferencia entre un retiro espiritual y nuestro actual retiro, es que este último es más largo de lo habitual y que no es elegido sino impuesto. Aun así, aprendamos a sacarle partido. Aprovechemos para descansar, reflexionar, estudiar, rezar, dialogar, aprender, cocinar, jugar, escuchar, pintar, leer, dibujar, meditar,..,son tantas cosas que igual no tenemos bastante con 4 semanas de confinamiento.
Mucho ánimo.