El miedo es una emoción básica y por lo tanto necesaria para la supervivencia de la especie humana. El miedo que se desencadena ante una situación de peligro real, es fundamental para decidir, en un período corto de tiempo, cual es la mejor opción que tenemos para superar ese peligro. En ese momento se da una activación física y psicológica que desaparecerá una vez haya pasado la situación amenazante. Y ese miedo como decimos, es adaptativo.
Otra cosa muy distinta, es el miedo que experimentan algunas personas ante situaciones de la vida cotidiana: miedo a meter la pata, al que dirán, a perder el empleo o a llamar por teléfono. Esos miedos, lejos de ser adaptativos y de ayudarnos a llevar una vida más tranquila, nos bloquean, disparan los síntomas de ansiedad y afectan a funciones vitales básicas como el hambre o el sueño.
Todos estos miedos suelen formarse en nuestra mente acompañados de las palabras “y si..”: y si se enfada, y si no llego a fin de mes, y si hago el ridículo,… La lista de y sis puede ser interminable. Y la persona que enfoca la vida de este modo sufre mucho sin una causa real que lo justifique.
Este mes desde SEREM vamos a ocuparnos de uno de esos miedos innecesarios y que sin embargo puede condicionar toda una vida: el miedo a conducir. Son muchas las personas que, aun teniendo el permiso de conducir, no se atreven a coger el coche con total libertad por miedo a perderse, a tener un accidente o a no encontrar sitio para estacionar. Y como digo, ese miedo puede condicionar nuestro estilo de vida tanto a nivel laboral como social o lúdico.
SEREM en colaboración con la autoescuela EL PUNT ayudará a las personas a superar sus dificultades tanto a nivel físico como psicológico para que puedan conseguir su permiso de conducir si aún no lo tienen, o para que se atrevan a coger el coche si ya hace tiempo que no lo hacen.