“Me he dado cuenta de lo fuerte que soy y de que hay mucha gente que nos quiere”.
Estamos ante una familia que acaba de pasar el coronavirus; los padres, los dos hijos pequeños y los abuelos. Algunos de ellos han estado hospitalizados con síntomas graves. Los que quedaron confinados en casa, se cuidaban entre ellos como podían. Cada día tomaba las riendas el que se sentía más despejado, y se ocupaba de cuidar a los demás.
La mayor parte de esta pesada carga ha recaído sobre la madre, que hasta el momento del contagio, era una persona ansiosa, insegura, con muchos miedos y baja autoestima.
Ahora, tras la experiencia vivida, ha tomado conciencia de las cosas que es capaz de hacer, de su fortaleza física y mental. Y también de que hay mucha gente que les aprecia y que se ha ofrecido a ayudarles, en contra del sentimiento de aislamiento y soledad que sentía.
Lo bueno del coronavirus. Lo positivo de lo negativo. El aprendizaje que nos proporciona cualquier tropiezo en la vida. Aprendamos a verlo.