«Y las cosas que tenía que hacer para cambiar no eran tan difíciles. Siempre han estado ahí«
Efectivamente. Muchas veces tenemos la solución delante de nuestras narices y no la vemos.
Y al cambiar de perspectiva es cuando caemos en la cuenta de dónde está el escollo y de cómo sortearlo; de cuál es el problema y qué hemos de hacer para solucionarlo. Y a partir de ese momento, todo cambia a nuestro alrededor. Y de eso precisamente se ocupa la psicología-coaching: de tomar conciencia de dónde estamos y de dónde nos gustaría estar; de calibrar si hay mucha o poca distancia para conseguirlo; de averiguar cuáles son nuestros recursos para ponerlos en valor y, lo más importante, de ponernos en marcha a pesar de los miedos, a pesar de las inseguridades, a pesar de los «y si…».
El resultado siempre es espectacular. ¿Te atreves?