«Voy por inercia y me dejo llevar por el día a día».
Esta frase aparentemente inofensiva indica tantas cosas: que esa persona no reflexiona sobre lo que está pasando, que no se marcas objetivos, que se adapta a lo que va surgiendo, que no dirige tu vida, que no se siente feliz.
El día a día tiene un guión que debemos cambiar si no nos satisface. Y eso nos llevará por una parte al miedo a la incertidumbre, a ir contra corriente, a no hacer lo que se espera de nosotros, a lo desconocido. Pero por otra nos llevará a diseñar una vida “a medida” y a sentirnos plenamente satisfechos de lo que hacemos. ¿Te atreves?