“A ver si me atrevo a pedir el jueves para poder ir a ver el festival de mis sobrinos. Si no, no pasa nada, tampoco es tan importante.”
Hay un proverbio que dice que “el que pide con timidez invita a ser rechazado”. Y esta persona, antes de pedir el favor de manera real y efectiva, ya se está declarando derrotado interiormente.
Cuando ese lenguaje interior se traduzca en palabras, seguramente utilizará un tono de voz débil e inseguro y unas expresiones confusas y poco convincentes.
Resumiendo, con ese lenguaje interior, la probabilidad de conseguir lo que quiere es baja.
¿Cómo debería decirlo para aumentar la probabilidad de lograrlo?