Esta frase la vengo oyendo desde que empezamos con el confinamiento. La repiten personas muy distintas entre sí y sin embargo ahora, todas ellas, han llegado a la misma conclusión: las cosas que les producían intranquilidad, angustia o desasosiego, han perdido toda su fuerza. Ahora son tonterías.
Haz una lista de cosas positivas que hayan pasado esta semana
Siempre están pasando cosas buenas en nuestras vidas. Hasta en las peores circunstancias, se suceden multitud de pequeños momentos que pueden hacer que ese día sea especial, como un amanecer o el aroma del azahar al pasear por el campo. Lo que pasa es que unas personas son capaces de verlo y otras no.
¿Qué puedo hacer yo para mejorar el mundo?
Esta crisis que nos afecta es una magnífica ocasión para salir de nuestros puntos de mira habituales e ir un poco más allá.
El aislamiento no tiene por qué ser malo
En efecto el estar temporalmente aislados del bullicio en el que normalmente estamos inmersos, sirve para descongestionarnos, para depurarnos, para resetear la mente y enchufarla de nuevo.
¿Cómo quieres que sea tu vida al salir?
En estos días de confinamiento forzoso, el tema de conversación dominante gira alrededor del coronavirus y las consecuencias que está trayendo a nuestra sociedad y a nuestras vidas. En efecto cuando recibimos una llamada de algún familiar o amigo, tras asegurarnos primero de que su estado de salud es bueno, empezamos a comentar con ellos todo lo que va mal: la cantidad de contagios y fallecimientos diarios, la situación tan penosa de nuestros sanitarios, los planes de ocio y de trabajo que hemos tenido que aplazar o anular,… ,.
No entrar en pánico
El desarrollo de los acontecimientos que estamos viviendo, nos hace reflexionar sobre el hecho de que estamos siguiendo una serie de fases, similares a las que se dan en otro tipo de situaciones sociales.
Cuando empezamos con esta historia del virus, parecía que no iba con nosotros, que eso sucedía en otra cultura muy lejana a la nuestra. Incluso cuando empezamos a tener los primeros casos en nuestro país, la reacción continuó siendo por un tiempo de incredulidad: estábamos en la fase de NEGACIÓN.
Los adultos jóvenes, especialmente sensibles
Según un estudio que se está llevando a cabo a tiempo real sobre la adaptación emocional ante el aislamiento, parece ser que los adultos jóvenes y los estudiantes universitarios (entre 18 y 30 años) son los que peor están llevando esta situación.
¿Qué tal unas buenas noticias?
Con ese título acabo de recibir un mensaje en el que se enumeran varias noticias positivas alrededor de la evolución de la pandemia: hospitales específicos sobre coronavirus que se cierran porque ya no tienen casos, avances de los investigadores sobre posibles remedios contra el covid-19, recuperación total y absoluta de personas de edad…
Mi madre se pone muy nerviosa con lo que está pasando y me pone a mí también
Este es un hecho muy conocido: las emociones se contagian. Si estás rodeado de personas optimistas y alegres, acabas viendo las cosas de ese modo. Pero si estás rodeado de personas intranquilas, que ven peligros en todas partes, te acaban contagiando a ti también.
Podemos seguir aprendiendo
Esta lección la acabo de aprender yo misma. Entre la mucha información que nos llega ahora para ayudarnos a pasar los días, recibí una del grupo del colegio de psicólogos anunciando una formación on line para tratar de aprovechar el obligado confinamiento.