Vivimos en una sociedad donde imperan las prisas. Desde que suena el despertador por la mañana hasta que regresamos a casa por la noche, llevamos una vida frenética y cada vez más exigente.
Vivimos en una sociedad donde imperan las prisas. Desde que suena el despertador por la mañana hasta que regresamos a casa por la noche, llevamos una vida frenética y cada vez más exigente.