En esta época del año, tras las vacaciones, después del merecido descanso, da la sensación de que todo empieza de nuevo: los niños vuelven al colegio y los adultos volvemos a las actividades y a los hábitos que nos ocupan durante el año.
Si observas que sientes ganas de emprender de nuevo las ocupaciones cotidianas como el trabajo, el gimnasio, las reuniones, etc, perfecto. Realmente hemos cargado las pilas en las vacaciones y ahora venimos renovados y descansados. En esas circunstancias, es probable que surjan nuevos proyectos y nuevas ideas que harán que mejore tu entorno.
Pero si por el contrario, observas que te encuentras cansado, desmotivado, sin ganas de reemprender la actividad y contando los días que faltan para volver a tener vacaciones, entonces es que no estás viviendo la vida que deseas.
Párate a pensar que necesitas para ser feliz y búscalo. No tengas miedo. Los cambios son buenos. Inquietantes pero buenos. Analiza tu vida profesional, sentimental, social, personal y allí donde veas desgana, apatía, desmotivación,.., pregúntate qué tendría que pasar para sentirte dichoso como si fuera el primer día de vacaciones y ponte en marcha.
La persona que sólo es feliz en vacaciones, se pasa la vida esperando lo que no tiene y desperdicia los pequeños momentos del día a día que son los que realmente llenan. Si sabes descubrirlos.
ATRÉVETE. CAMBIA.